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Posted by : Candy Zapata
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la
alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o
cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y
dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes
irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu
presente “revolcándote” en los porqués, en devolver el cassette y tratar de
entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito,
porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas
estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a
terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni
siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo,
hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni
empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar
vinculado a nosotros.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es
tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper
papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros. Los cambios externos
pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar,
desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que
aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja,
hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes
que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se
den cuenta de quién eres tú.

¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de
regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?,
¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no,
déjalos ir, cierra capítulos. Di a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no
por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en
ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres
meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta,
da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al
que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es
estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en
tu vida.

Paulo Coelho
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