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  • Posted by : Candy Zapata

    La boda es el ritual de pasaje por medio del cual se institucionaliza la familia, la columna sobre la que se rige la sociedad saharaui. El articulado rasgo de la fiesta de boda es bien representativo de la complejidad de esta celebración a través del cual se fundamenta la identidad femenina y su rol dentro de la sociedad, re-significándose de joven a mujer.


      El tiempo simbólico de la boda, quiebra el tiempo cotidiano para "VOLVERSE CAOS".  El festejo varía con base en el papel adquirido anteriormente por la mujer; si se casa por primera vez, símbolo virginal de la pureza requerida, la boda dura siete días, pero en la actualidad puede oscilar dentro de los tres días.    Al contrario si la mujer ya contrajo matrimonio, entonces la ceremonia durará sólo un día y todo asume los sesgos de la sencillez.

    Pero no sólo, la mujer que no se casa por primera vez tiene también más poder de decisión sobre la persona con quien casarse, está más posibilitada en elegir al hombre sin la contundente influencia familiar. Desde la segunda vez que se casa una mujer todo es más fácil, nada más se lo dice a la familia. Los preparativos son más sencillos en el sentido de que la familia ya no se mete mucho. Siempre se le hace la ceremonia bien, pero desde la segunda vez ya es ella quien decide con quien se casa. 

      Por lo que al hombre atañe, al contrario, no se registran diferencias entre la primera o la segunda boda; lo que es una ejemplificación del rol social que encubre la masculinidad saharaui, como bien lo destaca una mujer entrevistada:

    "Para el hombre es siempre igual, también puede ir sólo sin testigos ni nada. Primera, segunda, tercera vez es igual; el hombre es siempre el hombre"

       Cuando ambas familias toman la decisión con respecto de los futuros esposos, la familia del hombre expresa por medio del jutuba la acción con la que se pide la hija de otra familia como esposa para su hijo, además visita a la familia de la novia acordándose con los padres y los hermanos sobre la celebración de la boda. A esta visita sigue otra de carácter oficial en donde la madre del hombre, acompañada por otros familiares, trae a un animal para sacrificar, azúcar, vestimentas y perfumes para concretar la ceremonia de aljutuba, que en hassaniya toma el nombre de wajeb at-Tefla, es decir la legalización de la relación, después de la cual se acuerda la fecha de la boda. Es entonces que el novio trae la dote mahr, para su futura esposa, compuesta de costumbre por camellos, vestimentas, azúcar, té verde, inciensos y perfumes, siempre de acuerdo a las posibilidades que tiene cada familia. 

          Antiguamente la dote estaba compuesta también por otro tipo de don para ayudar a la mujer en los quehaceres domésticos; la fuerza humana, los esclavos, abid. Los esclavos se consideraban mercancía como los otros objetos o bienes que se añadían a la dote para la esposa; a la familia de ella se dejaba la mediación con respecto del número de esclavos que se le hubieran tenido que entregar a la hija para casarse: los padres decidían si ella hubiera tenido una esclava o más; es según la decisión de los padres. Se elegían esclavos o esclavas dependiendo de los trabajos que había para hacer.        
         Actualmente la dote es mucho más exigua que antes, para que todos tengan la posibilidad de casarse, de hecho dice una mujer entrevistada:


    " La dote en la religión musulmana es muy baja es algo sólo para iniciar la boda, para los primeros tiempos de matrimonio, para permitir a todo mundo que se case sin necesidades de dinero."
     Además que ser más contenida la dote se modificó tanto cuantitativa como cualitativamente con base en las nuevas necesidades de los campamentos; ahora se otorga el ganado, los productos de primera necesidad, los utensilios caseros, los equipos domésticos, entre otros.

         Definir la dote de la muchacha siempre le ha correspondido al padre o algún familiar directo de la muchacha. Antiguamente la entrega de la dote se realizaba en dos partes; la que se entregaba al firmar los papeles de compromiso y otra si el hombre decidía divorciarse de la mujer. La parte que se entregaba al casarse tomaba el nombre de al-múqaddam, es decir firma del compromiso; la otra parte de la dote (al- múajar), al contrario, se entregaba sólo en caso de que el hombre decidía de separarse de su esposa. La mujer al casarse puede decidir de renunciar a esta parte final de la dote, pero con una condición llamada aj-maj, que ella misma puede imponer al hombre si él quiere divorciarse y consiste en que la mujer renunciará a la mitad de su dote si el hombre promete no casarse otra vez. Si el hombre acepta esta cláusula y luego no cumple con ella, es decir si vuelve a contraer matrimonio con otra mujer, entonces se verá obligado a entregarle a su ex mujer la parte de la dote a la que ella había renunciado; de esta forma el marido pierde asimismo el derecho legal de volver a casarse con ella.

    Pero la dote puede ser de varia entidad también debido a algunos factores de salud por parte de la mujer, los cuales disminuyen la cantidad de bienes que se entregan. Una mujer con discapacidad en el oído, en la vista o en la actividad motriz, por ejemplo, no obtendrá la misma dote que una mujer “sana”. Otro factor que puede influir en la disminución de la dote consiste en que los familiares de la mujer presentes para la firma del compromiso deciden de renunciar a parte de la misma. Esta decisión se conoce con el nombre: arkub aj-ma’a, consenso del grupo.


         Antes del desplazamiento hacia los campamentos, los saharaui tenían un articulado y complejo ceremonial de boda. El futuro marido llegaba con una caravana de camellos en la jaima de su futura esposa y la familia de la mujer al verle levantaba una tela blanca llamada al-band, PERO ESTA PARTE OS LA CONTARÉ EN EL PRÓXIMO POST.

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