Traductor
Posted by : Candy Zapata
"Fijaros hoy 24 de diciembre, ha pasado ya un año desde que me quite el pañuelo"; así nos quiere contar Marta su paso por el camino del cancer de mama.
Ella fue madre en el año 2008. El día que mi hija cumplía un año saltaron todas las alarmas.
La palabra cáncer nunca se había pronunciado en mi entorno familiar. Yo iba a ser la primera que rompiera esa tradición.
Lloré, lloré muchísimo. Nada ni nadie me podía quitar la angustia que sentía en mi interior. La palabra muerte se plantó cara a cara conmigo.
Mi pequeña Andrea era todavía un bebe y tenía que verla crecer. Ella me necesitaba. No podía hacerle esa jugarreta a mi hija ni a mi adorado marido.
Me plante delante del espejo de mi habitación y me dije a mi misma: No vas a poder conmigo. Voy a luchar contra ti.
- Me aferré a la vida con uñas y dientes.
- Entonces vino una operación enorme.
- Meses de quimioterapia.
- Una segunda operación más enorme aún
Pero la lucha mereció la pena. Puedo disfrutar cada día de mi familia, que ya esta próximo que mi niña cumplirá 11 años.
Me ha vuelto a salir el pelo. Un pelo precioso. Los sabores metálicos desaparecieron de mi vida.
Ahora, aunque sigo con revisiones muy periódicas, cuando miro hacia atrás, me parece todo como irreal, como si lo estuviera viendo desde fuera, como si se tratase de una película.
Si me lo hubieran contado con antelación no hubiera creído por todo lo que iba a pasar. Ni lo valiente que he demostrado ser a mí y al mundo. Yo puedo gritar al universo: ¡ Gané !. Aunque en mi caso era relativamente fácil. El motor era, por supuesto, mi hija. Era la fuerza para levantarme semana tras semanas para ir al hospital a esas largas sesiones conectada a una máquina. Guardo gratos recuerdos de todas las personas que conocí en este periodo.
No me considero una persona especial. Aunque reconozco que soy una superviviente. Esta experiencia te marca. No creo que seamos personas nuevas por pasar por esta aventura. Pero sí somos afortunados. Muchísimo. Tenemos la suerte de poder despertarnos todos los días. Y eso es una grandísima suerte.
Por eso precisamente hoy he querido que cuentes mi historia. Para muchas hoy la cena de noche buena sera amarga, pero si yo he podido salir ellas también podrán.