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Lis sabía que estaba soñando, aunque eso no aliviaba el echo que la sangre le corriera por el rostro. Se la metió por la nariz y le llegó a la garganta. Aquel gusto a metálico la ahogaba, la invadió el pánico.
No era la primera vez que se arrodillaba a la roja corriente. Durante las últimas semanas se había visto inmensa muchas veces en aquella pesadilla, y cada vez que volvía a tenerla, la visión era cada vez mas real, más visceral.
En ocasiones, el sueño se centraba en su pelo largo y mojado, enmarañado sobre la cara. Otras veces, en la lluvia heladora y en el viento huracanado. Otras veces , en los chillidos de terror que se oían lejanos. en aquella ocasión, Lis era consciente de los guijarros, tan fríos, redondos y perfectos bajos sus manos. Le raspaban la piel, pero ella sabía que la sangre que le corría por el cuerpo no era suya.
BÚHOS; rincón de DANIEL.
En el barrio "La Soledad" todavía huele a barrio
de antaño; casitas blancas, niños jugando en las calles, vecinas "tienes un poquito de arroz que hoy
viene mi familia entera a comer", vecinas "Si sales te importa
traerme tu el pan. Estoy haciendo un bizcocho riquísimo; después te llevare un
trocito para que lo pruebes", vecinas "no te preocupes, el tiempo que tengas que estar con tu marido en el hospital, yo me quedo con tu niño"
Hablar de este barrio es hablar de tradiciones antiguas que
por desgracia se está perdiendo en el resto del pueblo. Estoy hablando de la
tradición de nuestros antepasados cuando por el atardecer se quedan las casas vacías: los vecinos se sientan en las puertas de sus de casas.
ESTRELLA; nuestra historia "LOS QUEMAOS". Fortalezas Palmeñas.
Hoy "Notas de una mujer...." os va a contar su
experiencia con esta maldita enfermedad; os explicaré una pequeña parte de mi
vida con Síndrome de Fatiga Crónica. la he querido dividir en tres etapas:
- Primera etapa: Devoran tu mundo de Hadas.
- Etapa segunda: Vas conociendo a tus invasores.
- Etapa tercera: Firmar un armisticio.
Así que ahí va, espero que os sintáis identificadas aquellas que también la
sufre; porque además de ser mi vida, es la vida de muchas más personas.
Cuando estás diagnosticada con Síndrome de Fatiga Crónica
y es como si te pusiesen un cartelito de
“TE TOCÓ Y TE JODES” y ya está. Ahí te quedas con todos tus problemas de salud
y tus dificultades diarias para llevar una vida “MEDIO NORMAL”.
¿Que no puedes trabajar, tener vida social o hacer
ejercicio? ¿Y a quién le importa? En la seguridad social los médicos se amparan
en tu cartelito de “¿TU QUE SUFRES DE FATIGA CRÓNICA?, SOLO PODEMOS DARTE ALGO
PARA EL DOLOR....” para no tener que investigar algo que no les han enseñado en
la escuela. Algo que nadie entiende. Algo que es difícil y complejo.
¿Es esta mi vida? malvivir con Síndrome de Fatiga Crónica; NO LO CREO.
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La foto de la Virgen de Belen
es un deseo de Amanda.
Remedios todas las noches antes de irse
a dormir besaba a nuestra Patrona.
Una mañana se la encontró
rota y la ha guardado.
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En una de sus investigaciones encontró mi blog y le encantó Fortalezas de mujer. Se puso en contacto conmigo para contar la historia de su tía-abuela, Remedios, una palmeña que dio su vida a cambio de nada.
Mi tía era la mayor de siete hermanos; era la única mujer entre tanta criatura. Su madre falleció al dar a luz al más pequeño cuando ella tenía tan solo dieciocho años. Ella se encargo de hacer el papel de madre. Una tarea difícil. Con la ayuda de su querido padre, Armando, lo consiguió.
AMANDA; dio su vida a cambio de nada. Fortalezas Palmeñas
Cuando yo iba al colegio, en mi caso Duque de Rivas, ahora Carmona Sosa, hemos estudiado cómo eran las cosas hace muchos
años. Creo que además todos y todas más de una vez hemos preguntado a nuestros abuelos y abuelas
cómo eran sus juegos y sus escuelas cuando ellos eran niños. Nos han contado
parte de sus recuerdos y nos hemos hecho una idea.
Sus juegos eran jugar a las chinas, muñecas de cartón, comba
y a las tabas. Este ultimo me lo conozco muy bien, siempre le ganaba a mis
hermanos.
Cuando mi padre mataba
para poder alimentarnos nos guardaba los huesecillos de las patas de las
ovejas, corderos y carneros. Con eso se jugaba a las TABAS; Se usan doce tabas
para poder jugar.
Cada taba tenía cuatro posiciones distintas, cada una de las
cuales recibe un nombre distinto: “PENCA”, “CULITO”, “CORREA” y “PANZA”.
Mis tres hermanos y yo hacíamos un corro y jugábamos por
turnos . El juego consistía en cogen las doce tabas entre ambas manos y se
lanzan al aire. Al caer al suelo lo hará cada una de un lado y comienza el juego. Se
tira la pita al aire y antes de recogerla, sin dejar que cayera al
suelo, se cogía una taba del suelo y también la pita. Como eran 12 tabas, había
que tomar 3 en cada una de las posiciones señaladas (3 en “panza”, 3 en
“correa”…) y por dicho orden; en caso de que no hubiera tres en una determinada
postura, se realizaba un lanzamiento para darla la vuelta, cogiéndola en el
siguiente.
Ganaba aquella participante que lograba recoger las 12
tabas.
Parece un juego complicado pero mi madre se entretenía y
pintaba cada posición de un color, y mi hermano KisKin, el más pequeño sabía que tenia que
tener tres amarillas, tres rojas.......
Quiero terminar con una pequeña reflexón. Quien le puso esos nombres se lució. Para poder contaros esta
historia he tenido que tirar de teléfono, y preguntar a mi madre, solo me acordaba de los colores
de los huesecillos.
La pita era una piedrecita, una bellota o algo pequeño que tuviéramos en ese momento.