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Desde que empecé este blog hace ya un año quería dedicarle
un post al trabajo Paula Bonet, así que la edición de su nuevo libro me parece
una ocasión perfecta para tachar esta tarea pendiente de mi lista.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de
Valencia, completa su formación en Santiago de Chile, Nueva York y Urbino.
Se centra en la pintura al óleo, el grabado y -desde hace
poco más de cuatro años- en la ilustración. Su obra ha sido expuesta en
Barcelona, Madrid, Oporto, París, Londres, Bélgica, Urbino, Berlín, Santiago de
Chile, Valencia, Miami y México.
Paula BONET
Historía ficticia de decepción de una mujer......
Me miro en el espejo y en vez de ver a una mujer de 27 años,
veo a una anciana. Soy costurera desde que tengo uso de razón. Me casé a los 18
años y a los 20 fui madre de una preciosa niña. Estoy embarazada de mi tercer
hijo. Creo que volverá a ser niña. Daría la vida por ellas. Me encantaría jugar
con mis hijas a la gallinita ciega o al escondite mientras veo cómo corretean
por mi casa. Sin embargo, la habitación en la que vivimos no nos da para
correr. Una familia de buena clase social nos alquila esta habitación por un
módico precio. Eso sí, no podemos utilizar las zonas comunes de la casa. A
veces, a través de la rendija de la puerta, escuchamos la música que emite la
radio del salón de los señoritos y nos imaginamos que estamos en grandes
eventos sociales.
Quiero salir de esta situación y darle a mis hijas una cama
propia. Me gustaría poder comprarles un pijama para que puedan dormir todas las
noches calentitas. Soy una mujer luchadora y por eso trabajo de sol a sol. Me
levanto muy temprano cada mañana para ir a la gran factoría en la que trabajo.
Anoche llegué tardísimo de trabajar, pero llegué con una sonrisa en los labios.
No solamente porque me reencontraba con mis hijas, sino porque me enteré de
algo importante. Ayer mis compañeras de trabajo me dijeron que iban a ponerse
en huelga para declarar el derecho de unirse a los sindicatos por mejores
salarios y una jornada de trabajo menos larga. ¿Una mujer metida en un
sindicato? Sí, es posible. Hoy me levanto temprano, como cada mañana, pero con
un ápice de ilusión porque veo que las cosas pueden cambiar a mejor. Puedo
darles a mis hijas un futuro mejor. Hoy es 8 de marzo de 1908 y me dispongo a
declararme en huelga.
Decepción de una mujer....
Relato de una mujer que se define "FEA"
Hoy llamó un cliente por teléfono. Uno de esos hombres
confiados que se mueven por el mundo como si fuera un territorio que les
pertenece. Me habló, me hizo un chiste y un par de horas después se apareció
por la oficina. “Usted es la vocecita sexy que contesta el teléfono” sentenció
con suficiencia mientras desparramaba su mirada por mi cuerpo con la certeza
del que no tiene que pedir permiso para nada. Más tarde, vinieron a decirme que
el tipo era dueño de varias empresas, que tenía mucha plata, que estaba recién
divorciado y que había preguntado por mí. ¿Está usted soltera? Me preguntaron. Si
usted, siendo extranjera, estás sola, es porque quieres. Aprovechá!!!!.
Me hirvió la sangre, no puedo mentir. El ser extranjera me puso en una posición
en la que no había estado jamás en mi vida: me convirtió en trofeo. Pensé en
todas las mujeres perfectas que andan por el mundo siendo tratadas como
trofeos, como cosas que se pueden comprar. ¿Se darán cuenta de que las están
tratando así? Qué bueno que soy fea. Pensé. Qué bueno que después de 27 años de
habitar este planeta, sea esta la primera vez que me siento tratada como un
objeto.
Eres lo que eres y que por lo que eres, eres tan linda.
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Nadia Comăneci |
Nadia Comăneci hizo historia. Reventó las Olimpiadas de Montreal, celebradas en 1976. El marcador no pudo soportar su esplendor: siete dieces. Jamás se había visto nada parecido. Entre los aplausos y la incredulidad, los informáticos encargados de los marcadores, corrían de un lado para otro. No lo tenían previsto y la perfección les pilló por sorpresa.
Consiguió lo que no han conseguido horas y horas de clases
de geografía: Poner a Rumanía en el mapa. El nombre del país de las remolachas
y los vampiros fue nombrado, por fin, en infinidad de programas de radio y
televisión; y escrito hasta la saciedad: Rumanía, Rumanía, Rumanía. El mundo,
al fin, prestó atención a los 238. 391 km² que gobernaba Nicolae Ceaucescu.
Nadia Comăneci hizo historia. Reventó las Olimpiadas de
Montreal, celebradas en 1976.
El marcador no pudo soportar su esplendor: siete
dieces. Jamás se había visto nada parecido. Entre los aplausos y la
incredulidad, los informáticos encargados de los marcadores, corrían de un lado
para otro. No lo tenían previsto y la perfección les pilló por sorpresa.
Sólo tenía 14 años cuando escribió su nombre en la historia
del deporte mundial. Nació en Oneşti, una ciudad del este de Rumanía. Entrenada
por un matrimonio de obsesos por el éxito, se convirtió en todo un símbolo del
régimen comunista rumano. Ceaucescu, obsesionado por propagar su ideario,
decretó una tasa obligatoria de cinco hijos por mujer en edad fértil, que,
además, tenían que someterse a exámenes ginecológicos en sus puesto de trabajo
para demostrar que reunían los requisitos indispensables para ser madres.
La pequeña comunista que no sonreía nunca
La ansiedad forma parte de la condición humana y sirve para
afrontar situaciones de peligro o riesgo. Sin embargo, cuando es demasiado
intensa, se convierte en una fuente de sufrimiento que es necesario controlar.
La ansiedad constituye un aspecto normal
del estado emocional de los seres humanos. La angustia se define como un afecto
similar al miedo pero que, a diferencia de este, no obedece a un estímulo
amenazante externo, sino que es vivida como procedente de la interioridad
psíquica del individuo.
La ansiedad, al igual que otros sentimientos
(placer, exaltación, euforia, éxtasis, tristeza, ira, rabia y calma), son
fundamentales en la vida de las personas; regulan la interacción con los demás
y ofrecen un sistema de alarma que, en el caso del miedo, sirven para afrontar
situaciones de peligro o riesgo.
La característica esencial de este trastorno es un sentimiento
de desazón y desasosiego generalizados y persistentes, que no están
referidos a ninguna circunstancia ambiental en particular. Lo más habitual es
que el paciente se queje de estar permanentemente nervioso, así
como de sentir otros síntomas típicos de la ansiedad como
temblores, tensión muscular, exceso de sudoración, mareos y vértigos,
taquicardia, y molestias epigástricas.
En el tratamiento de la ansiedad se recurre
generalmente a la utilización de estos fármacos:
- Benzodiazepinas
(ansiolíticos).
- Inhibidores
selectivos de la receptación de serotonina (ISRS).
- Antidepresivos tricíclicos
e inhibidores selectivos de la monoaminooxidasa (MAO).
No obstante, antes de utilizarlos recuerda que hay que
consultar siempre con un especialista.
¿Sientes ansiedad? solución; almendras, yogur griego.....
Sabes?...... Anoche soñé contigo. En el
sueño estábamos las dos sentadas comiendo muy tranquilamente y compartiendo diálogos muy
triviales y muy paulatinamente.
Cuando en un instante me detuve a mirarte ahí
sentada comiendo, tranquila como si un aura de paz te rodeara. Estabas perfecta. Me quede así mirándote perdidamente hasta que en un momento levantaste la
mirada y me diste una sonrisa mientras bebías vino tinto que había colocado en
la mesa.
De tus labios escapo una gota que rápidamente se instaló en tu piel; se
deslizo suavemente a través del escote de tu blusa.
Mi mente se llenó de
imágenes e ideas de cómo sería seguir el camino de la gota por tu cuerpo,
hacerme a tu temperatura, y deslizarme suavemente tan suave que apenas notases mi
presencia en ti.
Tus ojos seguían perplejos mi mirada que parecía que atravesaba tu
ropa sin límites, y parecía que leías mis pensamientos, mientras yo no podía ni
cerrar la boca, hasta que te levantaste. Mi cuerpo empezó a temblar al creer haber sido
descubierta. Te acercaste a mí con una dulzura sublime y te sentaste con las
piernas abiertas sobre mis piernas como envolviéndome con ellas. Me agarraste
del pelo me hiciste para atrás y me besaste.