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Relato de una mujer que se define "FEA"
Hoy llamó un cliente por teléfono. Uno de esos hombres
confiados que se mueven por el mundo como si fuera un territorio que les
pertenece. Me habló, me hizo un chiste y un par de horas después se apareció
por la oficina. “Usted es la vocecita sexy que contesta el teléfono” sentenció
con suficiencia mientras desparramaba su mirada por mi cuerpo con la certeza
del que no tiene que pedir permiso para nada. Más tarde, vinieron a decirme que
el tipo era dueño de varias empresas, que tenía mucha plata, que estaba recién
divorciado y que había preguntado por mí. ¿Está usted soltera? Me preguntaron. Si
usted, siendo extranjera, estás sola, es porque quieres. Aprovechá!!!!.
Me hirvió la sangre, no puedo mentir. El ser extranjera me puso en una posición
en la que no había estado jamás en mi vida: me convirtió en trofeo. Pensé en
todas las mujeres perfectas que andan por el mundo siendo tratadas como
trofeos, como cosas que se pueden comprar. ¿Se darán cuenta de que las están
tratando así? Qué bueno que soy fea. Pensé. Qué bueno que después de 27 años de
habitar este planeta, sea esta la primera vez que me siento tratada como un
objeto.
Eres lo que eres y que por lo que eres, eres tan linda.
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Nadia Comăneci |
Nadia Comăneci hizo historia. Reventó las Olimpiadas de Montreal, celebradas en 1976. El marcador no pudo soportar su esplendor: siete dieces. Jamás se había visto nada parecido. Entre los aplausos y la incredulidad, los informáticos encargados de los marcadores, corrían de un lado para otro. No lo tenían previsto y la perfección les pilló por sorpresa.
Consiguió lo que no han conseguido horas y horas de clases
de geografía: Poner a Rumanía en el mapa. El nombre del país de las remolachas
y los vampiros fue nombrado, por fin, en infinidad de programas de radio y
televisión; y escrito hasta la saciedad: Rumanía, Rumanía, Rumanía. El mundo,
al fin, prestó atención a los 238. 391 km² que gobernaba Nicolae Ceaucescu.
Nadia Comăneci hizo historia. Reventó las Olimpiadas de
Montreal, celebradas en 1976.
El marcador no pudo soportar su esplendor: siete
dieces. Jamás se había visto nada parecido. Entre los aplausos y la
incredulidad, los informáticos encargados de los marcadores, corrían de un lado
para otro. No lo tenían previsto y la perfección les pilló por sorpresa.
Sólo tenía 14 años cuando escribió su nombre en la historia
del deporte mundial. Nació en Oneşti, una ciudad del este de Rumanía. Entrenada
por un matrimonio de obsesos por el éxito, se convirtió en todo un símbolo del
régimen comunista rumano. Ceaucescu, obsesionado por propagar su ideario,
decretó una tasa obligatoria de cinco hijos por mujer en edad fértil, que,
además, tenían que someterse a exámenes ginecológicos en sus puesto de trabajo
para demostrar que reunían los requisitos indispensables para ser madres.
La pequeña comunista que no sonreía nunca
La ansiedad forma parte de la condición humana y sirve para
afrontar situaciones de peligro o riesgo. Sin embargo, cuando es demasiado
intensa, se convierte en una fuente de sufrimiento que es necesario controlar.
La ansiedad constituye un aspecto normal
del estado emocional de los seres humanos. La angustia se define como un afecto
similar al miedo pero que, a diferencia de este, no obedece a un estímulo
amenazante externo, sino que es vivida como procedente de la interioridad
psíquica del individuo.
La ansiedad, al igual que otros sentimientos
(placer, exaltación, euforia, éxtasis, tristeza, ira, rabia y calma), son
fundamentales en la vida de las personas; regulan la interacción con los demás
y ofrecen un sistema de alarma que, en el caso del miedo, sirven para afrontar
situaciones de peligro o riesgo.
La característica esencial de este trastorno es un sentimiento
de desazón y desasosiego generalizados y persistentes, que no están
referidos a ninguna circunstancia ambiental en particular. Lo más habitual es
que el paciente se queje de estar permanentemente nervioso, así
como de sentir otros síntomas típicos de la ansiedad como
temblores, tensión muscular, exceso de sudoración, mareos y vértigos,
taquicardia, y molestias epigástricas.
En el tratamiento de la ansiedad se recurre
generalmente a la utilización de estos fármacos:
- Benzodiazepinas
(ansiolíticos).
- Inhibidores
selectivos de la receptación de serotonina (ISRS).
- Antidepresivos tricíclicos
e inhibidores selectivos de la monoaminooxidasa (MAO).
No obstante, antes de utilizarlos recuerda que hay que
consultar siempre con un especialista.
¿Sientes ansiedad? solución; almendras, yogur griego.....
Sabes?...... Anoche soñé contigo. En el
sueño estábamos las dos sentadas comiendo muy tranquilamente y compartiendo diálogos muy
triviales y muy paulatinamente.
Cuando en un instante me detuve a mirarte ahí
sentada comiendo, tranquila como si un aura de paz te rodeara. Estabas perfecta. Me quede así mirándote perdidamente hasta que en un momento levantaste la
mirada y me diste una sonrisa mientras bebías vino tinto que había colocado en
la mesa.
De tus labios escapo una gota que rápidamente se instaló en tu piel; se
deslizo suavemente a través del escote de tu blusa.
Mi mente se llenó de
imágenes e ideas de cómo sería seguir el camino de la gota por tu cuerpo,
hacerme a tu temperatura, y deslizarme suavemente tan suave que apenas notases mi
presencia en ti.
Tus ojos seguían perplejos mi mirada que parecía que atravesaba tu
ropa sin límites, y parecía que leías mis pensamientos, mientras yo no podía ni
cerrar la boca, hasta que te levantaste. Mi cuerpo empezó a temblar al creer haber sido
descubierta. Te acercaste a mí con una dulzura sublime y te sentaste con las
piernas abiertas sobre mis piernas como envolviéndome con ellas. Me agarraste
del pelo me hiciste para atrás y me besaste.
Dulces SUEÑOS....
"El trágico destino de la reina María Victoria dal Pozzo, la esposa de Amadeo I de Saboya"
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Escritora Carmen Gallardo |
Maria Victoria nació en París el 9 de agosto de 1847 en el
seno de una familia de la nobleza Turinesa. Nunca supo asumir los roles y la
actitud que cabía esperar de una reina en el siglo XIX. La aristocracia
española, acostumbrada al derroche y la opulencia de la corte de Isabel II, no
aguantaba a una mujer con “hábitos de burguesa y que no hacía alarde de su
riqueza”, explicaba Carmen Gallardo en la presentación de la novela.
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María Victoria dal Pozzo della Cisterna, VI princesa de La Cisterna y de Belriguardo |
No sólo no malgastaba su fortuna, sino que dedicó gran parte
de ella a la beneficencia; una faceta caritativa vinculada con sus fuertes
creencias religiosas, y que da título al libro, La reina de las lavanderas.
Como cuenta en el libro “…Lucía un sol brillante sobre Madrid, iluminando un
cielo de azul profundo salpicado por grupos de nubes cual bolas de algodón,
rotundas, bien dibujadas, voluptuosas casi; el carruaje de capota con las dos
mujeres (la reina y la Condesa de Alomina) abandonó el palacio por la puerta
Incógnita, sorteando los jardines del campo del Moro y la fuente de los
Tritones, hasta salir a la ribera del Manzanares…”.
“La reina de las lavanderas” de Carmen Gallardo
“Tengo fibromialgia y sindrome de fatiga crónica (SFC) desde hace años y tengo un montón de
episodios de vértigo, y es peor cuando me agacho, salgo de la cama, me ato los
zapatos o cambio de posición al estar acostada. Siento que la habitación da
vueltas alrededor”
“Padezco fibromialgia y SF. He estado tendiendo problemas de
mareos durante años, sobre todo cuando estoy trabajando en mi oficina y está
funcionando el aire acondicionado. La cafeína también es un disparador de
mareos. Cuando me mareo me siento muy frágil y mi visión se ve afectada”
La fibromialgia y SFC son enfermedades con múltiples síntomas,
sin embargo, uno de los que menos se habla son los mareos.
Se calcula que más de dos tercios de las personas con
fibromialgia y SFC sufren mareos regulares.
No todas las personas con fibromialgia y SFC sienten los mareos de
la misma manera, algunos presentan vértigo, otros desequilibrio y otros
sensación de desmayo. Algunos los perciben solo durante unos instantes
y otros durante mucho tiempo.
El vértigo da una sensación de estar girando o
dando vueltas. Cuando las personas están teniendo vértigo y se mueven, pueden
empeorar los síntomas sintiendo náuseas, vómito y desequilibrio. Generalmente
se presentan episodios de vértigo después de un cambio de la colocación de la
cabeza (como al cambiar de posición en la cama).